Para la motivación de los estudiantes en todos los niveles, desde el jardín de infantes hasta la universidad, es necesaria una combinación de factores dentro del marco del aula. Ciertas circunstancias pueden llevar a los alumnos a conductas o patrones de aprendizaje negativos. Otras, como una actitud positiva del docente, un aprendizaje individualizado y un entorno positivo y alentador, motivan a los alumnos a participar de los procesos educativos y a aprender de ellos.

Actitud del docente

La actitud del docente marca una diferencia en la motivación de los estudiantes. Estos últimos se dan cuenta rápidamente cuando un docente está desconectado de lo que está enseñando, o cuando realmente no tiene interés y no se involucra con los alumnos, no solo como clase sino como individuos. Una actitud de crítica o favoritismo perturba el buen orden en la clase y lleva a los estudiantes a actuar de manera negativa porque ellos no creen que el docente tenga interés, o piensan que nada de lo que hagan será bastante bueno.

Generalmente, una actitud optimista surge de un docente que ama la enseñanza y que se interesa por sus alumnos. Esto se traduce en la motivación de los estudiantes. Este docente alienta constantemente en lugar de criticar, lo cual forja la autoestima y la confianza de los alumnos en sí mismos en lugar de derribarlos. El docente también brinda una devolución y alienta a cada estudiante individualmente. Con esto, los alumnos que trabajan arduamente se sienten motivados y asumen desafíos en el aprendizaje para agradar a sus maestros y, en consecuencia, a si mismos.

Situación en la casa

La situación en la casa afecta la motivación de los estudiantes en la clase. Si ellos vienen de hogares donde los aman y alientan, encaran el trabajo en clase con alegría y voluntad de aprender. Si no tienen un entorno hogareño positivo o si la situación en la casa no les ofrece niveles adecuados de nutrición y descanso, los alumnos asisten al colegio en desventaja y desmotivados a causa de problemas físicos o emocionales.

Enfoque de la enseñanza

Las conferencias o la mera recitación de hechos y cifras hacen que los estudiantes no presten atención y se "desconecten" de un docente que consideran aburrido. Sin embargo, cuando los estudiantes se vuelven parte del proceso de aprendizaje, este puede tornarse más agradable y aceptable para quienes tienen diferentes estilos de aprendizaje. Los alumnos pueden motivarse cuando los docentes los ayudan a "ver" lo que están aprendiendo en un contexto diferente. Si estás enseñando sobre una figura o un suceso histórico, lee historias sobre el período de tiempo en cuestión. Siempre que los antecedentes históricos sean precisos, la ficción introduce a los alumnos en el contexto histórico y dicha época cobra vida. Cuando los estudiantes se conectan mejor con lo que están aprendiendo, pueden estar más motivados.

Actividades interactivas

El uso de actividades interactivas, tales como hacer que los estudiantes interpreten una obra de teatro o una sátira sobre el tema en cuestión, o que escriban guiones para actuar, pueden ser factores motivadores para la participación positiva de la clase. Además, el uso de rompecabezas, juegos, oradores especiales y carteleras con boletines informativos son factores que pueden aumentar la motivación de la clase. Alentar a los alumnos a que establezcan objetivos en la clase también puede ser motivador.