Los efectos de los padres "maniáticos controladores"

Los hijos de padres controladores a menudo sienten resentimiento.

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Las técnicas de los padres controladores varían desde la disciplina autoritaria injusta hasta la necesidad extrema. Ambos extremos pueden resultar frustrantes para un niño, produciendo un sentido distorsionado de independencia y confianza en sí mismo. Los padres maniáticos del control no siempre controlan y manipulan intencionalmente a sus hijos, pero los efectos a largo plazo siguen siendo dañinos. Las discusiones honestas y abiertas entre padres e hijos tal vez no resuelvan todos los problemas, pero pueden abrir la puerta a mejores interacciones familiares.

Resentimiento

Los padres maniáticos del control a menudo toman todas las decisiones por sus hijos y se rehúsan a permitirles asumir responsabilidades que son apropiadas para su edad. Como resultado, los hijos desprecian la conducta injusta y dominante de sus padres, sintiendo que no les dan espacio siquiera para respirar. De acuerdo con los servicios de orientación de la Kansas State University, los hijos de padres controladores frecuentemente se sienten resentidos, inadecuados e impotentes. Los padres controladores tal vez sientan que están protegiendo a sus hijos, pero estos a menudo ven esto como algo invasivo y autoritario, lo cual eventualmente provoca ira y resentimiento.

Delincuencia

Un efecto grave de los padres controladores es la conducta delincuente. De acuerdo con una investigación realizada por la University of New Hampshire, un padre autoritario con una mentalidad estilo "se hace lo que yo digo" tiene más probabilidades de criar un hijo irrespetuoso y delincuente que un padre que se ha ganado el respeto y la confianza de sus hijos. Los niños necesitan autoridad, para aprender a seguir reglas y comprender las consecuencias de la mala conducta. Sin embargo, los padres autoritarios que dominan, manipulan y reparten castigos severos tienen dificultades para ganarse el respeto de sus hijos. Por otro lado, este estudio mostró que los padres autoritarios y controladores que equilibraban su conducta con respuestas cálidas y receptivas hacia las necesidades de sus hijos, permitiendo la comunicación abierta, tenían hijos autónomos y satisfechos.

Dificultad para la transición hacia la adultez

Los hijos de padres controladores tienen problemas para hacer el salto de la niñez a la adultez. Como señala la Kansas State University, las transiciones hacia roles adultos son más difíciles para los niños que han crecido con padres controladores porque se les dificulta tomar decisiones por sí mismos. No puedes esperar que un niño que nunca ha experimentado la independencia de pronto tenga la madurez y las habilidades de resolución de problemas necesarias para tomar siempre las decisiones correctas. Los padres controladores a menudo crían niños que se sienten culpables y desleales cuando toman decisiones independientes, temiendo decepcionar a sus autoritarios padres. Las técnicas de los padres controladores obstaculizan la maduración y con frecuencia generan pautas no saludables de codependencia.

Inseguridad

La inseguridad es un dañino efecto derivado de los padres controladores. Los niños que crecen sin pensamiento autónomo, la responsabilidad de tomar decisiones ni habilidades para resolver problemas se tambalean en el mundo real. En cuanto dejan su ambiente autoritario y sobreprotector, no están del todo seguros de cómo comportarse. Algunos niños carecen de autoestima, experimentan baja autoestima y responden de forma aprensiva hacia el mundo que los rodea. Otros pueden debatirse en ira y rebeldía contra las normas sociales. La inseguridad produce infelicidad, la cual lleva a relaciones no saludables dentro y fuera del hogar.

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